No es su voz grave y rotunda, ni su imponente presencia. Tampoco es la fuerza que desprenden sus palabras. Lo que realmente hace especial y un referente para muchas mujeres en Senegal a Mariama Sonko es su determinación y su propósito de mejorar su realidad, la de su entorno y su comunidad.

Mariama nació en un pequeño pueblo de Senegal, tiene 56 años, 5 hijos y un sueño, o quizás varios. Hija de campesinos, aprendió de sus padres cómo cultivar y hablar con la tierra. También los secretos de las semillas, esos que pasan de madres a hijas y que esconden la sabiduría de los ancestros. Por eso, en 2011 participa en la  creación del movimiento “Nous Sommes la Solution” (Somos la Solución), que agrupaba entonces a 12 organizaciones de campesinas de 5 países africanos, al considerar que la denominada Alianza Para La Revolución Verde, AGRA, por sus siglas en inglés, pretendía intervenir en sus cultivos, con semillas modificadas genéticamente, con el uso de fertilizantes químicos, con un modelo extensivo de agricultura, privando del protagonismo y del sustento económico a las mujeres campesinas de África Occidental. Una verdadera amenaza para un legado basado en la agroecología, en el cuidado ancestral de los suelos fértiles y las semillas autóctonas; un legado transmitido de generación a generación en el que se combinan la lucha por los derechos de las mujeres y la defensa del medio ambiente.

Desde entonces, Mariama Sonko sigue luchando desde su comunidad, Niaguis, una tranquila población de la Casamance, alzando su voz para proteger a las campesinas, concienciando a la comunidad, a las instituciones y a los hombres de la necesidad de proteger el cultivo de sus tierras; de la importancia de que las mujeres puedan acceder de forma efectiva a la propiedad de los terrenos. Ser propietarias de las tierras ayuda a las mujeres a emprender y a mejorar su independencia económica. La formación y el emprendimiento son sinónimos de futuro, y eso lo sabe muy bien Mariama. Su intervención en el Foro Mundial de Campesinos en Dakar todavía resuena con la misma intensidad, poniendo en valor la importancia de la agricultura ecológica, su sostenibilidad, sus beneficios para el entorno agrícola rural y su contribución a la lucha contra el cambio climático en zonas de especial vulnerabilidad.

Mariama trasmite un liderazgo que inspira, que cautiva, que es capaz de ayudar a cambiar, poco a poco, la realidad de su entorno. Un liderazgo que le permitirá, sin duda, cumplir uno de sus sueños: evitar que sus hijos se suban a un cayuco con un destino incierto, al entender que aquí, en Senegal, tienen una oportunidad y un verdadero futuro.