Manufactura de Alcora
Salvilla
Serie de estilo Bérain (1730-1745)
INFORMACIÓN DE LA OBRA
Cerámica, loza decorada en naranja y verde, ø 27,5 cm
La manufactura de Alcora fue fundada en 1727 por el IX conde de Aranda en terrenos de su propiedad en la actual provincia de Castellón. El objetivo era crear una fábrica de lozas y porcelanas de lujo que compitiera con las manufacturas extranjeras. Los privilegios reales, entre los que destacaban la exención de impuestos en la exportación de piezas y la libre entrada de materiales desde el extranjero, permitieron que esta manufactura persistiera hasta mediados del siglo XIX a pesar de no contar apenas con beneficios.
A lo largo de su existencia, la fábrica se convirtió en un modelo de organización y en un referente de orientación estética gracias a la contratación de especialistas extranjeros, artistas y «secretistas» que aseguraban conocer el secreto para la fabricación de la porcelana. Además, la creación de una academia de aprendices permitió a la manufactura continuar proporcionando una producción de máxima calidad.
Desde su fundación, y a lo largo de su primera época (1727-1749), estuvo regentada por artistas extranjeros encargados de marcar la pauta de los distintos estilos ornamentales. Édouard Roux, director de la fábrica entre 1728 y 1735, introdujo los motivos decorativos y las formas procedentes de las manufacturas de la Francia meridional. En Alcora se copiaron fielmente todos estos modelos que, al difundirse por el resto del país, fueron asimilados por otros centros alfareros en versiones más populares.
Esta salvilla se enmarca en el estilo Bérain, que toma el nombre de su creador Jean Bérain (1640-1711). Los diseños de este decorador de la cámara y el gabinete de Luis XIV en Versalles se divulgaron a partir de 1711 a través de los grabados que se hicieron de los mismos. Su origen se encuentra en la antigüedad clásica: durante el siglo XVI se descubrieron en Roma los frescos decorados con grutescos de la casa de Nerón, la Domus Aurea, en la que Rafael se inspiró cuando decoró las logias del Vaticano. Estos ornamentos señoriales y grandilocuentes se caracterizan por la presencia de arabescos, colgaduras, baldaquinos, esfinges, juegos de agua, jarros floridos, bustos, monos, guirnaldas, lambrequines, cariátides, figuras, sirenas y mascarones.
Las cenefas de puntillas, rigurosamente dibujadas e inspiradas en la decoración de los libros y en los grabados de joyeros y ornamentalistas, enmarcan las composiciones simétricas de grutescos. Este hecho demuestra cómo los motivos ornamentales oriundos de la Italia renacentista se integraron en el espíritu barroco francés.
En el espacio central de esta salvilla, decorada en naranja y verde, se ha representado un medallón polilobulado ocupado por flores naturalistas, flanqueado por dos atlantes y coronado por un mascarón. La decoración del ala y el pie consiste en una cenefa de puntillas característica del estilo Bérain. Las piezas policromadas como esta son las más escasas dentro de este estilo.