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Manufactura de Alcora

Arenero

Serie de la «madamita» (1770-1780)

INFORMACIÓN DE LA OBRA

Cerámica, loza policroma, alt. 8,5 cm

La manufactura de Alcora fue fundada en 1727 por el IX conde de Aranda en terrenos de su propiedad en la actual provincia de Castellón. El objetivo era crear una fábrica de lozas y porcelanas de lujo que compitiera con las manufacturas extranjeras. Los privilegios reales, entre los que destacaba la exención de impuestos en la exportación de piezas y la libre entrada de materiales desde el extranjero, permitieron que esta manufactura persistiera hasta mediados del siglo XIX a pesar de no contar apenas con beneficios.

A lo largo de su existencia, la fábrica se convirtió en un modelo de organización y en un referente de orientación estética gracias a la contratación de especialistas extranjeros, artistas y «secretistas» que aseguraban conocer el secreto para la fabricación de la porcelana. Además, la creación de una academia de aprendices permitió a la manufactura continuar proporcionando una producción de máxima calidad.

Este arenero se enmarca en la segunda época (1749-1786), que comenzó cuando Pedro Pablo, hijo del IX conde de Aranda, heredó la fábrica. El X conde fue embajador de España en París y estuvo en contacto con los enciclopedistas. Su curiosidad le llevó a buscar la fórmula de la porcelana, consiguiendo únicamente una pasta similar a la pasta tierna francesa y a la tierra de pipa inglesa.

La complejidad de la fábrica provocó un foco de malestar que derivó en dimisiones y en la creación de otros talleres que intentaron, sin demasiado éxito, imitar la cerámica alcoreña. Por este motivo, la fábrica de Alcora solicitó al rey una orden que le permitiera identificar sus productos con una «A». En 1789 se clausuraron por orden real las llamadas despectivamente «fabriquetas».

Desde el punto de vista estilístico, este arenero en forma de balaustre con pie de copa presenta una decoración característica de la serie de la «madamita», descrita por Mamés Lalana (director de la manufactura de Alcora desde 1766) en un memorial que redactó en 1775 donde detalla los modelos introducidos en la fábrica desde 1764. La ornamentación consta de cuatro registros enmarcados por motivos de rocalla residual ocupados por bustos femeninos —eco lejano de los que aparecen en la serie Bérain de la primera época—, en alternancia con arquitecturas. El pie sigue la misma dinámica decorativa.