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Micco (Domenico Gargiulo) Spadaro (Nápoles, Italia, 1609/1610-1675)

Embarco de la reina Mariana de Austria en el puerto de Finale

Hacia 1649

INFORMACIÓN DE LA OBRA

Óleo sobre lienzo, 44 × 44,5 cm

Hijo de un fabricante de espadas, de ahí su sobrenombre, Domenico Gargiulo es uno de los principales actores del panorama artístico napolitano dentro del género de la pintura de paisaje. Se formó en el taller de Aniello Falcone a finales de la década de 1620, coincidiendo allí con los pintores Carlo Coppola, Andrea di Lione y Salvator Rosa. Con este último forjaría una estrecha amistad y su estilo terminó influyendo en su pintura vivaz, ejecutada a base de pinceladas veloces y de colorido brillante. Más tarde, entre 1635 y 1647, colaboró estrechamente con Viviano Codazzi, cuyas solemnes arquitecturas clásicas poblaría con personajes nerviosos, esbeltos y de variadísimas actitudes que acusan el eco de las estampas de Jacques Callot y de Stefano della Bella.

Trabajó también para la Certosa di San Martino desde 1638 en sucesivas series de frescos y perspectivas, pero resulta de especial significación su actividad como cronista de la vida napolitana con sus animadísimas visiones de la revolución de Masaniello, de la peste de 1656 o de las erupciones del Vesubio, donde demuestra sus notables cualidades perceptivas tal y como ejemplifica la pintura de la Colección Banco Santander. Cuando en 1986 la asignamos a Gargiulo, relacionamos la escena con un pasaje publicado por el biógrafo e historiador napolitano Bernardo de Dominici donde aseguraba que el capitán Genaro Rusca poseía un cuadro del pintor que representaba el desembarco de la infanta María, hermana de Felipe IV, cuando pasó por Nápoles de camino hacia Alemania para casarse con el rey de Hungría. El episodio representado, de creer a De Dominici, tuvo lugar en 1630. Sin embargo, sorprende que la figura de la infanta representada en el cuadro, que camina flanqueada por dos cardenales, lleve un tocado más próximo al de la moda de 1640 que al que llevaba doña María y conocemos por el retrato de Velázquez (Museo del Prado, nº. cat. P1187).

Es posible, por tanto, que el cuadro no reproduzca este episodio exactamente sino el embarco de la reina Mariana de Austria en el puerto ligur de Finale, hecho que tuvo lugar en agosto de 1649, durante el trayecto de su viaje desde Viena a Madrid para casarse con Felipe IV. Sobre el viaje de doña Mariana existe un libro de Jerónimo Mascareñas: Viaje de la Serenísima Reina Doña María Ana de Austria Segunda Mujer de Don Phelipe Quarto deste nombre, Rey Católico de Hespaña, hasta la Real Corte de Madrid, desde la Imperial de Viena, publicado en Madrid en 1650, donde se describen las jornadas, incidiendo en el importante despliegue de cardenales, nobles, embajadores –cuatro de ellos llegados desde Nápoles–, gobernadores y capitanes de galeras congregados en la ciudad para despedir a la reina antes de subir a la góndola que le conduciría a la galera real rumbo a España.

El panorama montuoso, con abundantes calas, castillos y fortalezas, recuerda desde luego más el paisaje de ese puerto que el golfo de Nápoles, tantas veces repetido, y sorprende no encontrar la típica silueta del Vesubio, de la que difícilmente puede prescindirse.

En cualquier caso, es un lienzo importante y muy significativo, cuya atribución a Gargiulo no ofrece dudas. La lejanía, con el paisaje y los menudos personajes, el mundo de mástiles y gallardetes de la armada –tan próxima a Rosa–, y los caballos del primer término, tan cercanos a los de los lienzos de los emperadores romanos que guarda el Museo del Prado, son bien expresivos del empeño puesto por Gargiulo en esta obra singular. Si se tratase del embarco de doña Mariana habría que pensar que se pintase después de 1650, quizá a la vista del texto que describe el viaje y no del natural, pues no hay testimonio cierto de ausencia de Gargiulo de Nápoles en esos años. También cabe la posibilidad –y se ha señalado a veces– de que el artista se ausentase de la ciudad en los momentos difíciles que siguieron a la sublevación de Masaniello, precisamente en 1649-1650. [Alfonso E. Pérez Sánchez / Roberto Alonso Moral]