Zobel (Manila, Filipinas, 1924 – Roma, 1984)
Fuga en rosa
1966
INFORMACIÓN DE LA OBRA
Óleo sobre lienzo, 100 × 100 cm
OTRA INFORMACIÓN
Firmado en el ángulo inferior izquierdo: «Zóbel». Inscripción al dorso: «66-22 / Fuga en rosa / Zóbel / mayo 1966».
El caso de Fernando Zóbel ocupa un espacio singular en el desarrollo de la vanguardia que tiene lugar en España a partir de los años cincuenta. Nacido en Manila, estudió Filosofía en Harvard y tras desarrollar actividades diversas en diferentes países, se instala en España en 1961. Sus estancias en Estados Unidos y París le pusieron en contacto con el expresionismo abstracto americano y el informalismo, algo que tendrá una repercusión decisiva en su pintura y marcará su trayectoria. Zóbel abandona su pintura figurativa anterior y se sumerge plenamente en el mundo de la abstracción.
En España, Zóbel va adquiriendo obras de artistas abstractos españoles y en 1966 crea en Cuenca el Museo de Arte Abstracto Español, que se convierte en una referencia de la vanguardia española.
Hay que destacar, en este aspecto, un hecho fundamental que define su pintura: Zóbel conoce la expresividad de la abstracción americana y está familiarizado con la agresividad patética del informalismo español, aunque ninguno de estos planteamientos deja huella en él, hasta el punto de que su obra es un islote en el panorama internacional de la abstracción. Zóbel tiende a experimentar en el ámbito de una abstracción lírica que contacta con una sutil poética de lo onírico.
Las pinturas de Zóbel desarrollan una serie de caligrafías difuminadas en constante tránsito, hasta hacerlas imperceptibles y convertirlas en sugerencias de un espacio imaginario. Fuga en rosa revela como el gesto se ha convertido en línea, en trazos desvaídos y desleídos que se atomizan y logran crear una referencia espacial. El Guadalquivir desde el puente de San Telmo muestra esta reducción de la pintura a mínimos esenciales. La expresión difuminada y ambigua, se diluye en un intento de ocultarse. Lo mismo puede verse en Bodegón con palmera y Marina gris.
La pintura de Zóbel se mueve en el mismo ámbito que la obra de aquellos pintores que tradujeron el gesto en caligrafía. Pero la relación más estrecha es, sobre todo, con la pintura oriental, en la que abundan los espacios ilimitados y la grafía se convierte en tema de la obra. De la serie de recuerdos muestra el valor de la ingravidez como referencia de la pintura y la intención de ocultarla hasta convertirla en una evasión sugerente y aérea.
En su pintura, Zóbel propone líneas desdibujadas, aplicadas de forma espontánea y rápida, pero sometidas a un control, lo que da lugar a imágenes concebidas con un equilibrio entre impulso y racionalidad. [Víctor Nieto Alcaide]