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Acisclo Antonio Palomino y Velasco (Bujalance, Córdoba, 1655 – Madrid, 1726)

La heroica derrota de Orán

Hacia 1700

INFORMACIÓN DE LA OBRA

Óleo sobre lienzo, 145 × 205 cm

OTRA INFORMACIÓN

Firmado en el ángulo inferior izquierdo, al final de la cartela: «Antonio Palomino fecit»

El cordobés Acisclo Antonio Palomino y Velasco, conocido principalmente por su tratado El museo pictórico y escala óptica –que incluyó los volúmenes La teórica de la pintura (1715), La práctica de la pintura (1724) y El parnaso español pintoresco laureado (1727)–, y por biografiar a los artistas españoles de la Edad Moderna, fue además un artista integral que desempeñó su profesión con absoluto magisterio, siendo el auténtico heredero del último Barroco madrileño. Pintor del rey desde 1688, mantuvo estrecho contacto tanto con Juan Carreño de Miranda como con Claudio Coello. La llegada a la corte de Lucas Jordán terminó por infundir en el artista el sentido barroco y exuberante tan característicos de su pintura, aclarando su paleta y otorgando a su obra un tono grandilocuente y efectista presente en esta pintura de La heroica derrota de Orán.

La marginación a la que fue sometido por Felipe V, más dado a un gusto francés que comenzaba a ponerse de moda, hizo que tuviera que buscar una clientela más acostumbrada al lenguaje imperante en la época de Carlos II. Así fue como se convirtió en máximo exponente de lo que se ha venido denominando el Barroco castizo, con artistas que perpetúan este estilo barroco y que no olvidan en sus composiciones el triunfo de la cuadratura o formas heredadas de los maestros del Barroco madrileño. Esto se pone de manifiesto en la decoración de la capilla de la Casa de la Villa de Madrid, en las bóvedas de San Juan del Mercado o en la capilla de la Virgen de los Desamparados de Valencia. Importante fue también su trabajo para los cartujos de El Paular y para la cartuja de Segovia, donde se pone de manifiesto el importante influjo de la pintura de Lucas Jordán, circunstancia que se observa de forma especialmente singular precisamente en La batalla de Orán, donde una inscripción en una cartela ovalada describe la escaramuza: «Año de 1698. A. Prim.° de Marzo, en las cercanías de Orán, sitiaron mil caballos. D. Álvaro Rey de Mequineza una compañía de caballos. Cristianos naturales los más de esta ciudad, alférez y comandante don Josephe de Angulo y Merino, siendo el lance imposible de socorro y la fuerza tan superior en los bárbaros con sobrado valor y espíritu dijo a los suyos soldados de Jesucristo, ahora es tiempo de sacrificar la vida por la Santa Fe. Viva J.H.S. y metiendo mano a la espada salió con los bárbaros en cuyo combate mostró cada soldado lo ardiente de su valor y estrago que hicieron en ellos. Quedando al fin derrotados, preso y herido D. Josephe alférez, trece compañeros que fueron llevados presos. Camino de 300 leguas hasta Mequineza donde a 31 de Marzo dieron la vida por la Fe. Antonio Palomino fecit».

En la composición es evidente como Palomino se deja llevar por el impacto de las estampas de batallas de Antonio Tempesta, pero combinándolas hábilmente con el lenguaje aprendido de Jordán. Eso es lo que hace que disponga en primer término a José de Angulo a caballo con la espada y en actitud valerosa, mientras que las escenas de musulmanes a caballo han sido sacadas precisamente de las estampas citadas que usara también Zurbarán en su célebre pintura La batalla del Sotillo (h. 1637-1639, The Metropolitan Museum of Art, Nueva York). La indumentaria militar que se puede ver en el alférez, ya nos informa del advenimiento de la moda propia del siglo XVII. [Benito Navarrete]