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Jean-Baptiste Oudry (París, 1686 – Beauvais, Francia, 1755)

Naturaleza muerta (pareja)

1715

INFORMACIÓN DE LA OBRA

Óleo sobre lienzo, 73 × 123 cm

OTRA INFORMACIÓN

Firmado y fechado uno en el soporte del florero: «J.B. Oudry 1715»

Jean-Baptiste Oudry estudió en la Académie de Saint-Luc (París), de la que era director su padre, Jacques, también pintor y marchante de arte. En 1708 se graduó allí –un año antes de casarse–, en 1714 trabajó como asistente y en 1717 como profesor. En 1719 ingresó en la Real Academia de Pintura y Escultura, aunque no impartió clases hasta 1743. Gozó de la protección del marqués de Béringhen, responsable de los establos reales, y a través de él fue nombrado pintor oficial de las cacerías reales –gran afición de Luis XV– con obrador en las Tullerías y habitación en el Louvre. Gracias a Louis Fagon, intendente de Hacienda, en 1734 pasó a ocuparse de reactivar la fábrica de tapices de Beauvais, en absoluta decadencia, y su éxito le condujo a ser nombrado inspector de la de Gobelinos en 1736; para aquella proporcionó numerosos modelos usados también en tapicería de muebles. Aparte de encargos de la familia real –Las cuatro estaciones en 1749 para el gabinete de la Delfina en Versalles–, destacan las obras que hizo para el duque de Mecklenburg-Schwerin (en el museo de Schwerin se conservan 34 pinturas y 33 dibujos). Dejó más de un centenar de diseños al morir que fueron grabados y utilizados para ilustrar las Fábulas de La Fontaine.

Empezó realizando algunos retratos guiado por Nicolas de Largilliere –como los de los condes de Castelblanco (h. 1716, Museo del Prado)–, pero su primordial especialidad fue la pintura de animales y de caza, con influencias de Melchior de Hondecoeter y de Jan Weenix, dibujando modelos del natural, conservados en gran número.

La pareja de la Colección Banco Santander muestra ya el asunto típico de la caza. Pero hay que destacar que se trata de piezas muy tempranas dentro de su producción y con gran copia de elementos, lo que las distingue de las más frecuentes, con animales exclusivamente, por lo común muertos tras la cacería. En la presente pareja aparecen los pertrechos y armas de la cacería, dos perros echados y aves muertas en primer término. Pero también flores en grandes jarrones situados de manera sorprendente en plena naturaleza. Debe entenderse que se trata de una especie de jardín en el que hay monumentos escultóricos alusivos a fuentes: varios amorcillos a la izquierda y un sátiro echado más alejado en el lado opuesto en uno de los lienzos, y en el otro la que será una ninfa en el centro de una elevación; en la lejanía, sendas construcciones como fondo del jardín.

Animales, flores y armas están pintados con realismo, pero el conjunto se vuelca hacia lo decorativo de manera plena de fantasía y exuberancia, proporcionando una visión llena de artificio, representativa de la sociedad cortesana en la que se movió el pintor. [José Manuel Cruz Valdovinos]