José Gutiérrez Solana (Madrid, 1886-1945)
Valentín Ruiz Senén
hacia 1934
INFORMACIÓN DE LA OBRA
Óleo sobre lienzo, 200 x 145 cm
OTRA INFORMACIÓN
Firmado en el ángulo inferior derecho “J. Solana”
Los retratos de Solana siempre presentan personajes masculinos, aislados en su propio mundo, rodeados de los objetos, muebles o documentos que personalizan al protagonista. En ellos, rememora hombres que ha conocido e incluso admirado por su sabiduría o su profesión y los traslada al lienzo con absoluto verismo.
Sin embargo, los retratos por encargo son algo excepcional, pudiendo tan solo señalar los que realiza a Valentín Ruiz Senén, en 1934, y a Miguel de Unamuno, en 1935-1936.
Predomina en estos casos la representación psicológica, individualizada y privativa del individuo, en contraste con la caracterización del anonimato que gusta imprimir a sus personajes colectivos.
En esta obra, Solana retrata al industrial y financiero vizcaíno Valentín Ruiz Senén, rodeado de libros, barcos, planos, e incluso de la maqueta de la nave a la que dieron su nombre como presidente de la Naviera Arosa.
Utiliza el mismo sillón que pintó en El físico y en El bibliófilo, introduciendo, una vez más, un elemento muy característico de su pintura, “un cuadro dentro del cuadro”, al igual que hace en los retratos de El capitán mercante, El físico o El viejo armador. Todos ellos siguen un mismo patrón compositivo, de perspectiva frontal, definiendo las figuras con el simple uso del color, delante de un mueble que recorre el fondo a modo de friso.
María José Salazar